El ayuntamiento de París va a empezar, a partir del 1 de enero de 2024, a aplicar tarifas de aparcamiento en la ciudad mucho más caras a los vehículos de tipo SUV, modelos más grandes, ineficientes y peligrosos, como una forma de desincentivar su posesión, que califican de «absurda epidemia de auto-besity«, un crecimiento progresivo e imparable del tamaño y el peso de los vehículos que circulan en las ciudades. El problema afecta tanto a los niveles de contaminación como a la peligrosidad para los peatones que caminan por ellas. Lyon ha anunciado ya medidas similares que entrarán en vigor también el próximo enero, y Grenoble se está planteando introducir un sistema similar.
La idea de tener en cuenta el tamaño del vehículo, su peso y la potencia de su motor a la hora de calcular su tarifa de parking supone un intento de desincentivar una opción de consumo que, impulsada de forma completamente irresponsable por unas compañías automovilísticas que jugaron a convertirlos en una especie de irracional «símbolo de estatus», se ha convertido en un verdadero problema: según datos del ayuntamiento, la cantidad de SUVs en la ciudad ha aumentado nada menos que en un 60% en los últimos cuatro años, y ahora representan el 15% de los 1.15 millones de vehículos privados estacionados en París cada noche. Las únicas excepciones para el incremento de tarifa de aparcamiento serían para familias numerosas que puedan justificar la necesidad de un vehículo de ese tamaño, o para los SUV eléctricos puros.
La frase de David Belliard, concejal de movilidad de la capital francesa perteneciente al partido ecologista EELV, que consiguió 23 escaños en la asamblea de la ciudad en las elecciones municipales de 2020, es perfectamente rotunda a la hora de calificar la incongruencia y el absurdo de poseer un SUV en un entorno completamente urbano como París:
“No hay caminos de tierra, ni carreteras de montaña… los todoterrenos son absolutamente inútiles en París. Peor aún, son peligrosos, engorrosos y utilizan demasiados recursos para fabricarlos.”
La medida de incremento de las tarifas fue propuesta por Frédéric Badina-Serpette, también concejal del partido ecologista, pero fue aprobada por unanimidad por todos los concejales parisinos. Las tarifas no han sido publicadas aún.
Esperemos que la idea se extienda.